Esta etapa fue prácticamente poco fructífera en cuanto a fotos, pero no por ello tan genial como las anteriores. En principio, pretendo llegar hasta Ligonde (a 9 km antes de llegar a Palas de Rei), pero durante la marcha, voy cambiando la idea, prefiriendo continuar un poco más y llegar a un pueblo principal del camino, pues ya llevaba un par de etapas durmiendo en sitios pequeños y tranquilos y quería cambiar un poco. Aunque Ligonde se me antojaba un pueblo pequeñito y pintoresco del camino con dos albergues muy buenos y acogedores.
Luego saliendo a las 7 am, tras un ligero desayuno, voy tranquilamente durante la fresquita noche y el amanecer, por caminos y pistas bastante cómodos, con algunas que otras rampas y llegar hasta Portomarín, teniendo que bajar hasta el río previamente por una bajada un poco sufrida (yo prefiero subir y con ritmo que las bajadas), recibiéndome este con una densa niebla sobre el río Miño y cruzar el puente, subir una escalinata y entrar por un arco con una capilla fue impresionante. Aquí se veía ya bastante movimiento de peregrinos, siendo las 9 de la mañana aproximadamente, que se van poniendo en marcha. Como necesito comprar vaselina para los pies, busco una farmacia adentrándome un poco hacía el centro de Portomarín, pareciéndome gracioso pues iba en sentido contrario al resto y a más de algún peregrino les desconcerte.
Nada más salir de Portomarín, continúo caminando esta vez con la compañía de una chica de Irlanda, y como no hablaba nada de español (excepto buen camino y hola) toco hacer uso de la lengua franca, el inglés. Ella había empezado en Cebreiro. Hasta ahora había caminado solo y ya echaba en falta un poco de compañía, así que en este punto me vino genial la charla. Y sinceramente, casi prefería caminar solo o hablar inglés, que hablar en español, con otros españoles, pues a partir de Sarría, algo que si se puede notar es una afluencia de gente (españoles, sobre todo), llamemoslos «turigrinos» que van más por por hacer el camino como si de otro viaje turístico hicieran con los colegas. No digo que no sea motivo para hacerlo, cada uno es libre de establecer sus razones parar realizar el Camino, pero si se nota que estos turigrinos van un poco más a su bola, no saludan apenas y casi se percibe menos ese espíritu que llevamos todos con los que hasta ahora te ibas encontrando, pero bueno, esto son casos particulares y aislados, por mi parte yo intentaba seguir actuando como un buen peregrino. Además, hablándolo posteriormente con otros coincidiamos en lo mismo.
Y después de este pequeño inconveniente que le vi a esta parte del Camino, que para nada lo enturvió, seguimos andando dejando atrás la niebla de Portomarín, alcanzando la población de Gonzar, donde pongo un sello en un bar que parece que es parada obligada por la cantidad de peregrinos que había tomando algo o descansando. Aquí decido parar a comer algo y me despido de mi simpática compañera. Me lo tomo con calma, pues lo que viene a continuación, se hace un poco monótono, prácticamente hasta llegar a Palas de Rei, caminando por sendas junto a la carretera o pistas entre pinos ascendiendo poco a poco hacia la sierra de Ligonde y terminar descendiendo a Palas de Rei.
El final de la etapa se me hizo un poco largo, en parte por el calor y por otro lado los pies iban acusando ya los kilómetros, y más saliendo casi 10km antes de Portomarín, aunque el resto de gente iba igual, incluso una chica italiana que iba delante mia, se paro de repente en la cuneta de la pista por la que ibamos porque necesitaba quitarse las botas y descansar un poco los pies. Yo sigo, y tras pasar Ligonde, donde tenía previsto inicialmente parar, pero descanso un rato junto al albergue charlando con la encargada y un peregrino que estaban allí.
El paraje es muy bonito, pues es la zona de A Ulloa (la de los pazos) pero siendo ya pasado mediodía, lo único que apetece es llegar cuanto antes a descansar. A unos 5 km antes de llegar, pasado Portos, se encuentra el monasterio de Villar de Donas, al que hay que salirse del camino un poco, por lo que me lo anoté y deje pendiente para otra vez.
Al llegar a Palas de Rei, me dirigo al primer alberge que ví, el alberge privado mesón de Benito, con habitaciones de 12 personas, de reciente construcción, tranquilo y limpio. Tras una ducha y lavar la ropa, y comer algo, descanso hasta poco antes de ir a misa (era domingo), sellar y dar un paseo por el pueblo, donde me encuentro con otros peregrinos que nos habíamos visto antes y hablamos sobre que tal lo llevabamos cada uno. Al terminar, ceno un pulpo a la feria en Bodegón 99, que me había recomendado un peregrino y fue todo un acierto, pues estaba riquísimo.
En conclusión, fue una etapa quizás un poco más dura por la longitud de lo que había previsto, pero tan gratificante como las otras.
Los datos técnicos de la etapa:
Salida: Ferreiros
Albergue público de Ferreiros
Distancia: 34,5 km
Llegada: Palas de Rei
Albergue privado Mesón de Benito